Hace
algunos días se celebró el 75 aniversario de la liberación de los campos de
concentración a manos de los ejércitos aliados -Reino Unido, Estados Unidos y
la entonces Unión Soviética- y con dicho aniversario también se recordó el
nacimiento de la niña Ana Frank y su diario, escrito en un pequeño departamento
mientras se encontraban escondidos por la persecución nazi.
Pues bien,
esta es la historia oficial que se repite año tras año y que se celebra a lo
largo y ancho de todo el mundo.
Sin embargo,
hay que ser honestos con la verdad o lo más cercano a ésta en torno a la
segunda guerra mundial.
Y ello
significa, que hay que reconocer que no hubo una "liberación" de campos de
concentración, y tampoco hubo tal diario escrito por una niña llamada Ana Frank;
misma de la que se ha hecho un reconocido ídolo alrededor del mundo, por la
supuesta resistencia heroica al nazismo alemán.
Y no
hubo tal liberación libre de injusticia absoluta ni de ignominia, porque de
hecho, a la llegada de los estadounidenses, de los ingleses y sobre todo del
ejército soviético, llegó también la barbarie, la enfermedad, la muerte y la
desolación, no solo respecto a los mismos sobrevivientes de estos campos de
concentración, sino en la misma población civil alemana.
Esta
es la parte de la historia que no se cuenta ni se toma importancia, porque ha
resultado una obviedad que los vencedores escribieron dicha historia en la que
los únicos criminales fueron los vencidos.
Este
por sí mismo es un punto que tendríamos que hablar en otro post; por ahora enfoquémonos
en el diario de Ana Frank.
La
historia oficial es que Ana Frank comenzó a escribir en un diario que le había
sido regalado por sus padres y su hermana, en el que escribió lo vivido hasta
1944, cuando es descubierta y enviada junto con su familia a diferentes campos
de concentración.
Ella
fallece poco antes de ser "liberado" el campo de Bergen-Besel, víctima de la
enfermedad del tifus, que había sido muy común en todos los campos de
concentración regados en Europa. De
hecho, su padre Otto Frank, también había caído enfermo de tifus pero fue
transferido por los alemanes al campo de Auschwitz, en donde finalmente se
recuperó.
Pues
bien, hay fuertes sospechas bien fundadas, de que el susodicho diario fue
sustancialmente alterado tiempo después por el mismo padre de Ana Frank o incluso
que todo el diario en sí mismo es un fraude jamás escrito por ella.
Dichas
sospechas tienen como base algunos hechos en concreto como los siguientes:
- Un
estudio que se hizo en 1983, en el que se demuestran las diferencias caligráficas
entre escritos indubitables de su letra y el diario. En tales pruebas, hay
evidencias importantes y diferencias sustanciales de letra, que hacen concluir
que no es la misma persona de Ana Frank como autora de dicho diario.
- La
invención y comercialización por primera vez del bolígrafo que data de 1951.
Las pruebas realizadas al manuscrito original, destacan que fue escrito con
bolígrafo, siendo imposible que esto haya sido así en tanto que, aparentemente
fue escrito en 1944 por muy tarde, y el bolígrafo inventado algunos cuatro años
después y comercializado en otros 4 o 5 años más adelante.
- La
existencia de un caso judicial presentado ante las cortes de Nueva York, en el
que un judío de nombre Meyer Levin demandó al padre de Ana, Otto Frank, por el
pago que le correspondía por derechos de autor respecto al diario de Ana Frank.
Este
caso es sumamente revelador porque en él, el juez condena a Otto Frank a
indemnizar con $50,000.00 dólares a favor de Meyer Levin por fraude, violación
de contrato y uso ilícito de ideas.
De
acuerdo con este caso, mismo que se puede encontrar en los archivos de las
cortes de Nueva York,[1] Meyer exigía que se le
reconociera la coautoría en la redacción y escritura de dicho diario, en tanto
que alegaba que a Otto Frank se la había olvidado hacerle partícipe de tal
reconocimiento y de las regalías por las ganancias de la publicación del libro.
Lamentablemente,
las ganancias que ha dejado el libro a favor de diversas editoriales y su autor,
han sido de tal magnitud, que no han permitido sacar a la luz verdades
incómodas como esta.
También
es cierto, que la existencia de este diario ha sido ampliamente usada por la
propaganda del entonces ejército y países aliados, en contra de los países del
eje, al ser los vencidos en la segunda Guerra mundial.
Una
posible respuesta a porqué se ha usado dicha propaganda, es en que
de esa forma tenía que ocultarse o contrarrestar las acusaciones serias
respecto a crímenes internacionales gravísimos en que incurrieron los ejércitos
aliados contra población civil tanto de Alemania como de Japón.
Pero ésta,
también es otra historia de la que se puede y se debe hablar en apego a la
verdad y a la justicia.
Hasta
la próxima.
[1]
Meyer Levin, Plaintiff, v.
Otto Frank et al., Defendants, Supreme Court, Special Term, New York County. March 12,
1957.
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