viernes, 21 de julio de 2017

Trabajadores y la renegociación del TLCAN


Dentro de algunos días comenzarán las negociaciones para "modernizar" el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, a fin de que los países norteamericanos redefinan los términos de un tratado, que tiene más de 20 años de funcionamiento, y que a la luz de nuestra actualidad, tendría que contar con mejores herramientas y figuras acordes con los retos del hodierno comercio internacional.

Por supuesto, queda también en el aire la moneda en cuanto a la posibilidad de que dichas negociaciones no fructifiquen, y por ende, se descarte la continuidad del tratado para los tres países miembros del TLCAN.

Un tema que ha llamado la atención dentro del bagaje de temas a tratar, es el laboral, ya que la Representación Comercial de E.U.A, ha sugerido que se incluyan asuntos relacionados con la debida protección laboral en las diferentes legislaciones, la libertad a la asociación colectiva, el efectivo derecho a la negociación colectiva, así como la eliminación del trabajo forzoso y el incremento al salario, ente otros.

Hay que aclarar que hoy en día ya existe, dentro del marco del mismo TLCAN, un acuerdo (Acuerdo de Cooperación Laboral de América del Norte) vigente para los tres países norteamericanos desde 1994, en el que se establecen los principios objeto de protección en materia laboral, mismos que a su vez, han sido producto de los convenios de la OIT (Organización Internacional del Trabajo).

Dentro de este mismo Acuerdo, existen procedimientos que se siguen, cuando alguna de las empresas de un Estado parte viole tales principios, de manera que existirían consultas entre las partes implicadas, pero que ante la existencia de una persistente omisión o violación a dichos principios, podría iniciarse un PROCEDIMIENTO ARBITRAL ante un Panel binacional, sobre temas como; salario mínimo, trabajo de menores, seguridad y salud. 

Hasta donde se sabe, al día de hoy no se ha iniciado nunca un procedimiento ante panel arbitral, pero sí han habido varios casos, cuyas solicitudes han escalado a las respectivas Oficinas Administrativas Nacionales (OAN) para la realización de "consultas".

Casos como el de Maquiladoras mexicanas de 1997, donde se obligaba a las mujeres a practicarse pruebas de embarazo, el de Han Young México por condiciones insalubres e inseguras de trabajo, ITAPSA o muchos más en donde una constante ha sido siempre la negativa a la libertad de asociación sindical o derecho a organizarse, así como condiciones inapropiadas de inseguirdad o falta de higiene para laborar.

En todos estos casos, las resoluciones han consistido en organizar foros, consultas, conferencias, retroalimentación entre los distintos países implicados, a fin de promover el respeto a las normas laborales de cada uno en su interior.

Después de esto, queda siempre la sensación de que realmente el Acuerdo (ACLAN) carece de dientes suficientes para de verdad velar por la protección de las normas laborales de cada país, sin que a su vez se convierta en una especie de solapador de intereses de líderes sindicales.

Por ello, uno de los temas a tratar, bien puede ser la modificación de este mecanismo sin dientes, para hacer una figura que tenga real efectividad en el respeto mutuo de las relaciones laborales, sin embargo, dada la idea del Presidente Trump de eliminar el sistema del Capítulo XIX del TLCAN (paneles binacionales de solución de controversias por dumping) se hace difícil pensar que el ACLAN pueda escalar de nivel y acceder a un nuevo mecanismo arbitral entre los miembros del Tratado.

Hoy en días se habla de la existencia de un dumping laboral de parte de México, que favorece la entrada de inversiones al país, pero que al final no beneficia al grueso de la población debido a los bajos niveles de ingreso salarial que representa para los trabajadores.

¿Podría hablarse de un mecanismo de solución de controversias en materia laboral por dumping salarial?

Esto podría ser una carta de negociación muy fuerte para Estados Unidos, a fin de reducir la brecha de competitividad con México, y México no podría rechazarlo pues existe una fuerte presión social para incrementar los niveles salariales en el país.

Al final, será una jornada interesante pero difícil, para llegar a un acuerdo en el que ambas partes queden satisfechas, al tiempo que se logre alimentar lo suficiente el ego del Presidente de E.U.A., para evitar que lo superficial pueda echar abajo los resultados de fondo.

Adiós.





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